Huella ambiental corporativa, huella de carbono y huella hídrica: ¿qué son?
huella ambiental

Sirven para medir el desempeño ambiental de una empresa, pero, ¿tienes claro qué son la huella ambiental corporativa, la de carbono e hídrica?

Las compañías que gestionan adecuadamente su impacto medioambiental tienen mucho que ganar. Ayudan a cuidar el planeta, mejoran su imagen frente a la sociedad y son capaces de atraer a inversores responsables. Pero para atenuar ese impacto, primero deben calcular y gestionar las diferentes huellas (de carbono, hídrica y huella ambiental corporativa) que dejan sus actividades productivas. Te contamos en qué consisten.

Huella de carbono: reduciendo los gases de efecto invernadero

Es la cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) que genera la actividad de una persona, una organización o la producción de un bien o servicio. Los GEI son una de las principales causas del calentamiento global, así que una buena gestión de sus emisiones es urgente. El Inventario Nacional de Gases de Efecto Invernadero incluye en este grupo el dióxido de carbono, el metano, el óxido nitroso, los hidrofluorocarbonos, los perfluorocarbonos y el hexafluoruro de azufre.

La huella de carbono mide las emisiones directas e indirectas y tiene tres niveles de alcance. El Alcance 1 comprende las emisiones directas y las que provienen de fugas de gases de combustión y refrigerantes. El Alcance 2 incluye las emisiones indirectas asociadas al uso de electricidad. Y el Alcance 3 engloba al resto de emisiones indirectas. Si quieres saber más, aquí te explicamos en detalle cómo puedes calcular la huella de carbono.

El Protocolo de Gases de Efecto Invernadero (Greenhouse Gas Protocol o GHG Protocol) es el estándar internacional más empleado por las empresas para el cálculo y la comunicación de las emisiones de GEI.

La huella de carbono es la cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) que genera la actividad de una persona, una organización o la producción de un bien o servicio.

Huella hídrica: cómo gestionar un recurso valioso

Para producir un kilo de carne se necesitan, de media, unos 15.400 litros de agua. Para que una taza de café llegue a tu mesa, 130 litros. Y para producir el litro de leche que conservas en la nevera, algo más de 1.000 litros. La cantidad de agua dulce utilizada, de manera directa e indirecta, para producir cada uno de los bienes y servicios que consumimos se denomina huella hídrica. La definición es de la Water Footprint Network, un organismo internacional independiente que promueve el uso racional del agua, un bien escaso y muy valioso.

Existen tres tipos de huella hídrica. La verde es el agua de lluvia que se almacena en el suelo, en la zona de las raíces, y es evaporada, transpirada o incorporada por las plantas. Es muy relevante a la hora de referirse a productos agrícolas, hortícolas y forestales.

La huella hídrica azul es el agua que proviene de recursos superficiales o subterráneos y que se evapora, se incorpora a un producto o se toma de una masa de agua y se devuelve a otra. ¿Por ejemplo? La agricultura de regadío, el consumo doméstico o la industria.

Por último, la huella hídrica gris es la cantidad de agua dulce que se necesita para diluir los contaminantes hasta cumplir con las normas de calidad del agua. Un ejemplo podrían ser las aguas contaminadas que se vierten a un río a través de una tubería.

La cantidad de agua dulce utilizada, de manera directa e indirecta, para producir cada uno de los bienes y servicios que consumimos se denomina huella hídrica.

Huella ambiental corporativa: el impacto de la empresa en el planeta

Sirve para medir el impacto en el medioambiente de una empresa desde el punto de vista del ciclo de vida de los productos o servicios que genera. Es decir, cuál es el impacto medioambiental en toda su cadena de suministro: desde la extracción de las materias primas a la producción, distribución, venta, utilización por parte del consumidor y, por último, su eliminación.

Conocer la huella ambiental corporativa sirve para medir el desempeño global de una compañía en materia medioambiental y tomar medidas para mitigar su impacto. Además, calcularla tiene muchas potenciales ventajas para cualquier negocio. ¿Por ejemplo? Le permite categorizar y elegir a los proveedores según criterios sostenibles, optimizar los consumos, mejorar la reputación entre los stakeholders, introducir los criterios ambientales en la estrategia de la compañía, anticiparse a posibles sanciones por parte de las administraciones o acceder a inversores verdes y a nuevos mercados.

Para calcular la huella ambiental corporativa se emplean múltiples criterios y metodologías. Entre ellas encontramos la Guía de la huella ambiental de organizaciones, la norma ISO/TS 14072:2014 o la Guidance on Organizational Life Cycle Assessment.

El cálculo de estas tres huellas no es sencillo: exige manejar múltiples datos y metodologías. Por eso, Sygris es la solución que permite calcular, en base a estándares internacionales o criterios personalizados, la huella de carbono, hídrica y ambiental corporativa de cualquier negocio. ¿El objetivo? Compensarlas y reducirlas por el bien de todos. Más información.

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