Aunque la CSRD ha ido ganando fuerza, la mayoría de las empresas aún no comprende la magnitud del cambio tecnológico que implica.
Parece que, aunque la CSRD ha ido ganando fuerza en las conversaciones empresariales, la mayoría de las empresas aún no comprende la magnitud del cambio que implica este nuevo marco regulatorio.
El proceso para dominar la CSRD (Corporate Sustainability Reporting Directive) es complejo y, en muchos casos, todavía desconocido. A pesar de los esfuerzos para clarificar su alcance, nadie tiene una comprensión completa de lo que verdaderamente significa cumplir con sus exigencias. Lo que sí sabemos es que nos queda un largo camino por recorrer.
¿Cómo llegamos hasta aquí?
La introducción de la Ley 11/2018 en España, que transpone la Directiva Europea NFRD, no fue completamente exitosa en sus primeros años debido a varias dificultades. En 2018, el marco exigía que unas 1.600 empresas grandes (con más de 500 empleados) comenzaran a reportar información no financiera, pero muchas de ellas encontraron dificultades por la falta de experiencia y claridad en los requisitos de reporte. Según un informe de la CNMV, las primeras presentaciones de informes fueron inconsistentes y carecían de profundidad, ya que muchas empresas no habían adoptado completamente marcos como el Global Reporting Initiative (GRI), lo que resultó en información difícil de comparar.
En los primeros años, la calidad y precisión de los informes mejoraron gradualmente. Entre 2019 y 2020, las empresas comenzaron a ajustar mejor sus procesos internos y la adopción de estándares de sostenibilidad como el GRI se volvió más común. La votación obligatoria de los informes en las juntas de accionistas, requisito único de la ley española, también ayudó a generar mayor atención a la calidad de la información presentada.
Para 2020, más de 1.600 empresas ya estaban cumpliendo de manera más efectiva con los requisitos de la Ley 11/2018, y varios estudios señalaron que el número de compañías que mejoraron la profundidad y precisión de sus informes aumentó significativamente. Aun así, hubo una brecha considerable entre los sectores. Por ejemplo, sectores como el alimentario mostraron mejoras significativas en la calidad de los informes de sostenibilidad, mientras que otros sectores, como el industrial, tuvieron más dificultades para adaptarse.
La evolución desde entonces ha sido marcada, pero también limitada. Aunque las empresas grandes lograron mejorar la calidad de sus informes para 2021, la introducción de la Directiva CSRD representa un reto mucho mayor. Esta nueva normativa no solo amplía el alcance a más de 45.000 empresas, sino que exige una mayor alineación con los objetivos de sostenibilidad de la UE y la verificación externa de los datos, lo que eleva la dificultad del cumplimiento en comparación con la Ley 11/2018.
La evolución desde la implementación de la Ley 11/2018 hasta la transición hacia la CSRD refleja un aumento significativo en la complejidad de las obligaciones de reporte. Mientras que la Ley 11/2018 ya exigía una divulgación detallada de información no financiera, como aspectos medioambientales y sociales, la CSRD eleva aún más los estándares. A diferencia de la ley española, la CSRD exige la aplicación de marcos de reporte mucho más rigurosos y un mayor nivel de verificación de los datos, ampliando también el número de empresas obligadas a reportar, incluyendo medianas empresas y más sectores. La mayor dificultad radica en la necesidad de alinearse con estándares internacionales más estrictos, como los desarrollados por la ISSB, así como en la integración profunda de la sostenibilidad en el núcleo del modelo de negocio de las empresas, en lugar de limitarse a un reporte superficial.
Para que la implementación de la CSRD sea plenamente efectiva, las empresas deben reforzar de manera significativa su capacidad para recolectar, procesar y verificar datos de sostenibilidad. Además, es crucial que desarrollen estrategias que demuestren una alineación clara con los objetivos del Pacto Verde Europeo y la transición hacia una economía neutra en carbono. Todo esto sería impensable sin el papel fundamental de la tecnología. Aunque algunos informes tradicionales tienden a repetirse en su estructura y contenido, la CSRD marca un punto de inflexión, exigiendo una transformación urgente en la forma en que las organizaciones gestionan su información.
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Desafíos tecnológicos de la CSRD
Lo que hace que la CSRD sea verdaderamente disruptiva no es solo el volumen de datos y los tiempos de entrega, sino el cambio completo en la dinámica de la elaboración del informe. Ya no estamos hablando de un proceso que pueda gestionarse con métodos tradicionales. Ahora, la única forma viable de abordar este reto es mediante la inversión en tecnología. Sin ella, las empresas estarán en serios problemas para cumplir con los requisitos que se les imponen. Los desafíos tecnológicos se convierten en el eje central de este cambio, y para superarlos, se necesitará una infraestructura y herramienta sólida, adecuada a las nuevas demandas.
- El primer desafío clave es la construcción de nuevos modelos de datos dentro de las organizaciones. Para cumplir con la CSRD, las empresas necesitan un contenedor de datos que sea capaz de integrar información de múltiples fuentes: desde hojas de cálculo en Excel hasta datos más complejos de sistemas ERP o CRM. Todo este flujo de información debe centralizarse y gestionarse de manera eficiente, algo que requiere un replanteamiento total de cómo se manejan los datos corporativos.
- Otro desafío crucial es la generación del informe utilizando la taxonomía XBRL. Este formato específico permite estructurar y etiquetar los datos de forma que cumplan con las exigencias regulatorias. Aunque pueda parecer un simple formato más, la realidad es que requiere una reestructuración significativa en la forma en que las empresas preparan sus informes, asegurando que los datos estén correctamente etiquetados y listos para su presentación.
- La presentación de los informes es otro punto crítico. Las empresas tendrán que cargar sus reportes en el European Single Access Point (ESAP), el nuevo Punto de Acceso Único Europeo que centraliza toda la información no financiera. Este sistema unificado será la referencia para el seguimiento de la sostenibilidad corporativa en Europa, lo que significa que no solo se trata de elaborar el informe, sino también de asegurarse de que este cumpla con los requisitos para ser aceptado en el ESAP, donde podrá ser comparado con el resto de empresas muy fácilmente.
- Finalmente, las auditorías también presentan un reto mayor. Estas serán obligatorias y mucho más detalladas y exigentes. Las organizaciones necesitarán invertir, por tanto, más tiempo y recursos para asegurarse de que sus informes cumplen con los nuevos estándares y pueden superar con éxito este escrutinio más riguroso.
La solución para afrontar este desafío
La CSRD supone un reto sin precedentes para las empresas en términos de gestión de datos y cumplimiento normativo. A medida que las organizaciones se preparan para hacer frente a esta normativa, resulta evidente que intentar abordarla con procesos manuales o herramientas tradicionales sería ineficaz y, en muchos casos, inviable. La cantidad de información que debe recopilarse, estructurarse y presentarse, sumada a los requisitos de formatos específicos como la Taxonomía XBRL y la obligación de cargar los informes en plataformas como el European Single Access Point (ESAP), exige una solución tecnológica que pueda manejar todos estos aspectos de manera integral.
Contar con una plataforma que permita centralizar datos desde múltiples fuentes —como ERP, CRM o simples hojas de cálculo— es crucial para consolidar la información de forma coherente y trazable. A esto se añade la necesidad de automatizar la generación de informes bajo formatos estándar, así como de garantizar que estos informes estén listos para su presentación a las autoridades pertinentes sin errores. Además, con auditorías cada vez más exhaustivas, disponer de un sistema que facilite la trazabilidad, el control de versiones y la transparencia de los datos se vuelve esencial para reducir el riesgo de errores y optimizar el proceso de revisión y verificación.
En este escenario, Sygris Reporting se posiciona como una solución integral para afrontar estos desafíos. La plataforma permite centralizar y gestionar datos de diversas fuentes como Excel, ERP, CRM y otros sistemas internos, proporcionando una visión global y estructurada de la información. Además, Sygris ofrece una gestión automatizada de los más de 1100 puntos de datos que exige la CSRD, lo que facilita su clasificación, control y seguimiento en tiempo real. La generación de informes en formato XBRL está totalmente automatizada, asegurando que se cumplan todos los requisitos de etiquetado y estructura impuestos por las regulaciones europeas. Otro aspecto clave de Sygris Reporting es su capacidad para gestionar el proceso completo de auditoría y verificación, ofreciendo una trazabilidad completa de todos los datos recogidos y procesados, lo que facilita la tarea de los auditores y reduce el esfuerzo necesario por parte de la empresa. La plataforma también permite a las organizaciones personalizar sus flujos de trabajo y adaptarse a los cambios normativos de forma ágil, lo que garantiza una transición fluida al nuevo marco regulatorio sin perder el control de la información.
Sygris no solo optimiza los procesos de reporte, sino que también se convierte en un socio estratégico para asegurar el cumplimiento normativo de la CSRD, ahorrando tiempo y recursos valiosos en cada etapa del proceso
